Los viajes. Ese fue el inicio de todo, pero tras muchos años y quilómetros con una california, Constan decidió que había llegado el momento de vender su furgoneta para construir un compañero de viaje más funcional. El resultado fue tan positivo que no tardó en vender la nueva furgoneta camperizada para así iniciar otro proyecto.
Tras remodelar varias furgonetas, que recibieron buena valoración, decidió abandonar su trabajo, emprender un negocio y dedicarse exclusivamente a este mundo. Con ayuda de su hijo, Adri, que se encargó de crear la marca y promocionarla, nació un estilo camper que ya lleva más de siete años funcionando.
Su nombre, CamperCas, es el resultado de la fusión de la palabra Camper junto a las tres primeras letras de la ciudad que ha visto crecer este sueño: Castellón. Todo comenzó en 2014 con Constan, Adri y Matías, un carpintero que se unió a la familia. Durante estos siete años de trabajo duro, la empresa ha ido incorporando técnicos de diferentes ámbitos, encargados de zona y especialistas hasta formar un equipo de quince personas. Son ellos los que consiguen trasladar los valores de la empresa a cada uno de los proyectos en los que se embarcan, dando mimo a los detalles, los acabados, la funcionalidad y la robustez.
La intención, desde CamperCas, es lograr un producto que se adapte al cliente, no solamente dando a elegir entre una extensa paleta de colores y tipos de madera con los que trabajar, sino que procuran tener en cuenta el carácter del consumidor para lograr esculpir los detalles de la furgoneta a su medida. No hay espacio para rincones muertos, esquinas sin vacías o desaprovechamiento del habitáculo ya que el objetivo último es optimizar al máximo los escasos metros con los que cuentan.
Podríamos decir que esta filosofía nos recuerda al trabajo de un sastre, que procura tener en cuenta siempre las medidas, las particularidades y la singularidad de cada cliente y, basándose en todos ellos, nos ofrece una pieza a medida. Es por ello por lo que han conseguido atraer las miradas de compradores de toda España y también del extranjero.
Si bien es cierto que al principio CamperCas llevaba a cabo proyectos más libres y sin un cliente fijo detrás, es comprensible que, teniendo en cuenta los valores de la empresa y el tipo de producto que quiere ofrecer, hayan decidido que cada furgoneta camperizada sea el fruto de querer reflejar la imagen y las necesidades de quien, el día de mañana, vivirá aventuras sobre esas cuatro ruedas.
Al principio, lo más habitual era que un cliente les llevara una furgoneta para que el equipo la camperizara y le diera forma hasta convertirla en lo que ellos necesitaban, pero, con el tiempo, esta dinámica ha ido cambiando hasta que la norma se ha convertido en que los clientes se decidan por un proyecto que empiece de cero. Así pues, el cliente reserva una furgoneta nueva con características personalizadas, y así solamente se debe preocupar por saber qué tamaño, motorización y los extras desea. Luego, CamperCas encarga la furgoneta al concesionario (la empresa tiene convenio con Volkswagen, MAN, Fiat, Peugeot, Ford y otras marcas), y trabaja sobre ese lienzo, prácticamente en blanco, hasta lograr el acabado que el cliente tiene en mente.
Los resultados, hasta el momento, han sido muy satisfactorios y el equipo puede decir con orgullo que sus clientes han quedado enormemente satisfechos con sus furgonetas. El secreto radica en trabajar con un gran nivel de exigencia y en ser conscientes de la importancia de una buena inversión en materiales de calidad y en muchísimas horas de reloj invertidas en el taller desde el momento en que una nueva furgoneta entra por la puerta hasta que sale. Pero esto último no sucede hasta que la furgoneta pasa por el filtro de Constan, que examina todas sus obras y no las suelta hasta quedar contento con el resultado.
Si bien es cierto que el nivel de exigencia es el mismo en todos los proyectos, CamperCas ha trabajado con un amplio abanico de modelos y diseños: desde una Caddy o Berlingo, hasta una Crafter de 7,3m reacondicionada para poder vivir en ella, furgonetas adaptadas para que se conviertan en un lugar de trabajo o con un garaje donde poder llevar hasta dos motos.
No hay aventura a la que la empresa no le pueda dar forma, pero, para lograrlo, hay que realizar una tarea de escucha profunda, sentarse a tomar un café con el cliente para comprender la proyección que quiere dar al vehículo, entender qué tipo de viajes quiere realizar, cuantas personas usarán la furgoneta y, una vez se ha prestado oídos a toda esta información, comienza la toma de decisiones sobre el proyecto. El equipo de CamperCas acompaña al cliente en este proceso y le ofrece asesoramiento gracias a su experiencia viajando en furgoneta. Estas aventuras, que el equipo ha vivido en sus propias carnes, les permiten comprender con mayor rapidez el tipo de camperización que se ajustará mejor a cada persona para la que trabajan.
Una vez la furgoneta está terminada, el equipo se lleva amistades, barbacoas llenas de anécdotas, gente que les llama para contarles a qué lugares han ido con su furgoneta. Además, desde Campercas ofrecen su ayuda cuando el cliente tiene dudas o les necesita por cualquier tipo de problema que les pueda surgir, ya que el compromiso con su trabajo se extiende más allá del momento de la venta.
CamperCas ha procurado diferenciarse de otras marcas sacando al mercado modelos exclusivos, consiguiendo ofrecer a las personas su camper ideal que tanto les cuesta encontrar.
Hace dos años, se embarcaron en dos proyectos para mejorar su producto. Por un lado, ampliaron la zona donde fabricaban depósitos de agua y con ello han logrado alcanzar capacidades nunca vistas, hacer platos de ducha en forma de bañera para evitar fugas de agua y darle forma a todo tipo de piezas para lograr su objetivo último: que sus furgonetas sean únicas.
Su segundo proyecto nació del amor que el equipo sentía por las 4×4. Después de hacer promoción a algunos trabajos off road, se despertó el interés de algunos clientes por un producto con este tipo de características. Su modelo Adrenaline, enfocado sobre todo en Mercedes Sprinter, MAN TGE y Volkswagen va muy ligado a la forma de viaje 4×4.
El concepto de la Adrenaline 600 se basa en una distribución del interior diseñada por Constan hace cuatro años. El objetivo de esta furgoneta queda bien claro gracias a su nombre. Se trata de un modelo potente, con músculo, cómoda para viajar y para dormir, con asientos ergonómicos con reposacabezas, ventanas y claraboyas grandes y un baño completo (incluso con bidé). Es por ello por lo que para crear este modelo se parte de una buena base: Mercedes Sprinter, Volkswagen Crafter y la MAN TGE de seis metros de largo.
Recientemente, el equipo ha sacado al mercado la Adrenaline 680 plus, con un largo de 6,8m y sobreelevada. Esta mantiene la comodidad de su hermana “pequeña”, pero cuenta con más mobiliario para el almacenamiento, gracias a un armario que se alza hasta el techo y que permite acomodar las pertenencias del cliente tanto en estantes como en cajones. Además, cuenta con novedades de primera marca como una nevera de 150 litros con un gran congelador, aire acondicionado de 3000 frigorías, un horno de gas, una instalación de gas GLP con salida de barbacoa en el exterior, una cafetera Nespresso y gracias a la colaboración de Whisper Power, un inversor de 3000 vatios, baterías de litio hasta 400 Ah y placas solares hasta 480 vatios.
Por si esto no fuera suficiente, el camperizador castellonense es pionero en instalación de Domótica MOVEKON, que están testeando junto al fabricante de la Adrenaline 680 Plus y que permite al cliente controlar, incluso a distancia, la temperatura de la nevera, la calefacción, el agua caliente y las cámaras interiores y exteriores de la furgoneta.
La Adrenaline 600, con la furgoneta incluida, tiene un precio de 53.000 € y la Adrenaline 680 asciende a los 61.000 €. A ambos precios se les debe añadir el IVA y el impuesto de matriculación. Aunque ambos modelos están estandarizados, CamperCas ofrece la posibilidad de personalizarlos y adaptarlos, como todos sus diseños, a las particularidades de cada cliente, siempre teniendo en cuenta que estas modificaciones podrían variar el precio de la furgoneta.
Tras la creación de estos nuevos modelos, el objetivo de CamperCas es todavía más claro: mejorar día a día. El crecimiento de la marca durante estos últimos siete años ha sido sobresaliente y por ello quieren seguir así, siempre disfrutando de la pasión y de las relaciones humanas que les ofrece este trabajo.
Ahora, con los ojos un poco puestos en el cambio climático, el equipo sueña con la posibilidad de que en un futuro sus clientes puedan viajar con furgonetas eléctricas, pero eso es algo que no solamente depende su progreso. De momento, prometen seguir trabajando con la misma calidad y entusiasmo.