Furgonetas de cine

A finales del siglo XIX veía la luz una nueva tecnología que cambió el universo del entretenimiento para siempre. En 1893 los hermanos Lumière patentaron el cinematógrafo y un mes más tarde rodaron su primera película: Salida de los obreros de la fábrica Lumière en Lyon Monplaisir. Con apenas 40 segundos, su proyección se realizó tres días después de su rodaje, causando una gran impresión. Había nacido el cine y, aunque en aquel momento los Lumière consideraron que su invento no tendría futuro, lo cierto es que no podían haber estado más equivocados.

Desde entonces, el séptimo arte no ha dejado de evolucionar y en sus más de 100 años de historia nos ha regalado auténticas joyas. Desde escenas de lo más románticas, pasando por aquellas que desearíamos no haber visto nunca hasta aquellas en las que todo se juega a una mano. Y por qué no decirlo, también ha modificado el modo en el que vemos el mundo.

Las furgos como personajes

Entre las películas que se han producido desde la aparición del cinematógrafo podemos encontrar una gran variedad de ellas en las que las furgonetas se convierten en un personaje más.

Del mismo modo que en el Retrato de Dorian Grey el cuadro que refleja la decrepitud del protagonista pasa de ser un mero objeto a un personaje más, en estas películas nuestros amados habitáculos con ruedas cumplen con una función más que la de ser un medio de transporte. Al igual que el cuadro, las furgonetas cuentan con una esencia propia que las convierte no solo en la estancia en la que ocurren los hechos, sino que son un personaje más presenciando el devenir de las historias.

The bus movie

Damon Ristau: The Bus Movie
Damon Ristau: The Bus Movie

Una de las cintas más recientes en este sentido, y de la que ya os hemos hablado, es The Bus Movie. Este documental, dirigido por Damon Ristau cuenta la historia de diferentes personas que han encontrado en la Volkswagen T1 su auténtico hogar, un espacio en el que ser ellos mismos y disfrutar de la libertad que les ofrece contar con una casa sobre ruedas. La esencia de los furgonistas en estado puro.

Pequeña Miss Sunshine

The Bus Movie es todo un regalo para los amantes de las camper y para todos aquellos que todavía dudan en si dar el salto al mundo de las furgonetas. Pero lo cierto es que la primera película que se nos viene a la mente cuando mencionamos la Volkswagen T1 no es esta. En su lugar, vienen imágenes de una pequeña niña con gafas de culo de botella que sueña con ser la reina de un concurso de belleza. Y es que es imposible no asociar este modelo icónico de la marca alemana con la cinta estadounidense Pequeña Miss Sunshine.

Dirigida por Valerie Faris y Jonathan Dayton, el filme narra el viaje de tres días de una familia disfuncional para llevar a la pequeña Olive al certamen de belleza al que ha sido invitada a participar en California. A bordo de esa furgoneta, que no puede estar en peor estado, la familia vivirá un sinfín de percances, muertes incluidas, hasta llegar a California. No es un viaje sencillo puesto que la Volkswagen T1 no se encuentra, ni de lejos, en su mejor momento, y desde luego la familia tampoco.

De este modo, la destartalada furgoneta es un reflejo del estado en el que se encuentran los Hoover como familia. Pero, a pesar de soportar diferentes averías a lo largo de los más de 1.000 kilómetros desde Albuquerque hasta Redondo Beach, nunca se estropea del todo. Lo mismo ocurre con la familia, las tensiones y diferencias que existen entre ellos no logran separarlos, sino hacerlos más fuertes.

La gran noticia

Otra de las road movies en las que la Volkswagen T1 cobra especial protagonismo es en la suiza La gran noticia. La cinta narra el viaje de dos periodistas radiofónicos completamente contrapuestos en ideología que deben realizar el largo trayecto desde Suiza hasta Portugal para llevar a cabo un reportaje sobre la ayuda que los suizos prestan en el país. Cuando llegan, tendrán que dejar de lado el reportaje para cubrir la Revolução dos Cravos. De corte histórico, la película es un fiel reflejo de cómo trabajaban los periodistas de la época. Una labor que pasaba por estar muchas horas en la carretera, a bordo generalmente de una furgoneta que se convertía en el hogar de plumillas, cámaras, sonidistas y fotógrafos.

Van GMC G-15: la del Equipo A

Además de la T1, también podemos encontrar otras furgonetas icónicas en el universo audiovisual. Esta vez debemos dar el salto de la gran a la pequeña pantalla para encontrarnos con la famosa Van GMC G-15 del Equipo A. Para aquel curioso comando de expresidiarios fugados, la Van GMC G-15 era toda una joya de la mecánica que los sacaba siempre de los apuros más inverosímiles que pudiésemos imaginar. Tan grande era la admiración por la clásica furgoneta negra con una franja roja, que decidir quién iba a ser el privilegiado en conducirla generaba monumentales discusiones entre los cuatro compañeros. En 2010 vio la luz una versión moderna de la Van GMC G-15 y, aunque la esencia es prácticamente la misma, es poco probable que podamos emular las aventuras del Equipo A a bordo de ella.