Materiales educativos cuando vives viajando

materiales educativos cuando vives viajando

Hablemos sobre qué y dónde llevar los materiales educativos cuando vives viajando. Cómo elegirlos y si son realmente tan indispensables.

Cuando vives en movimiento, sobre todo si no tienes casa fija, el número de objetos con el que viajas es bastante reducido y una de las preguntas que recibo bastante es sobre los materiales educativos: ¿Cuáles usamos? ¿Qué llevas si vives viajando?

Confieso que jamás me había cuestionado esto como un gran problema y, tras recibir la pregunta en varias ocasiones, tuve que dedicarle un pensamiento más profundo. Llegué a varias conclusiones con las que no todo el mundo podrá convivir, pero ahí van:

  1. Todos los materiales son educativos.
  2. Puedo fabricar lo que quiera con lo que tengo alrededor.

Materiales educativos cuando vives viajando

Pues eso. ¿Qué es un material educativo? ¿Un material específico para aprender una determinada materia? Tal vez. Sin embargo, creo que es más una necesidad del adulto disponer de ese material determinado. Le otorga la seguridad de que sirve para ese aprendizaje porque otros lo han hecho antes. Y, no digo que no, pero sí me parece limitado pensar que sin esos materiales será más difícil.

lo importante es el interés por aprender, no los materiales educativos

De todas formas, vivir en movimiento no significa prescindir de esos objetos o sistemas de aprendizaje. Hay muchas maneras de conseguirlos y ahora te cuento cómo.

Ya sabes que vivir viajando es convivir con muchas personas. En nuestro caso, con muchas familias, ya sea en casas o en convoy de furgos del camino. Pues, de entrada, cada nueva familia, cada nueva comunidad temporal traerá nuevos materiales para mostrarte, utilizar e incluso cuando nos separamos, intercambiar o ser regalado. Así, muchos niños tienen ahora juguetes que eran nuestros y nosotros tenemos algunos que eran de otros niños. Interiorizan mejor no solo el aceptar un objeto, sino también el soltarlo, porque, además, no cabe todo en la furgo y eso lo tienen muy claro. 

En nuestro caso particular, no necesitamos materiales específicos porque la vida nos pone delante eso que nos interesa y cuando tienes interés, entonces, inventas el método. Cuando no puedo pensar o no estoy creativa busco en internet un material específico para ello: “el material” y entonces… ¡lo fabricamos!

Hace años, en nuestra casa alquilada, teníamos alguno de esos materiales educativos. Caros, muy bonitos… pero realmente eso solo me lo parecían a mí. Fue mucho más guay, intenso y memorable para los niños, cuando en México fabricamos un Enderman de bambú. ¿Es material educativo un Enderman de bambú? Bueno, tuvimos que cortar el bambú, lo cual llevó a: pedir permiso, usar una sierra, trabajar en equipo, hacer un diseño, cortar palitos, contarlos, medir, ver cómo encajarlos… Fue increíble.

Los recursos están ahí, lo importante es el interés

Ya, pero… cuando son pequeños todos se preguntan “¿cómo aprenderán a leer? ¿y matemáticas?”.

La primera vez que Roberto se interesó por la lectoescritura estábamos en Tailandia y me inventé un juego. Recortamos entre todos cuadraditos de papel y escribimos todas las letras, los niños elegían una letra y decíamos palabras que empezaran por ella. Después, la completábamos con el resto de letras y él, que lo que quería era escribir, la copiaba en su libreta.

todo material puede ser educativo

Más tarde, en un lugar aleatorio del mundo (vale, no me acuerdo donde), copié una idea que vi en internet. Con un cartón de huevos y tapones de bricks de leche fabricamos otro material “educativo”. Sin embargo, los niños no le hicieron ni caso, porque fue mi idea y nadie realmente quería usar aquel material en ese tiempo.

Un material así, fuera de contexto, sin utilidad en aquel momento actual, realmente no tenía sentido en el mundo de los niños que viven en el presente. Sin embargo, hay que estar ahí y aprovechar cuando esa curiosidad asalte y saber que todo puede hacerse igual de bonito que el de la tienda con material que tengas alrededor. A veces será más simple, menos elaborado, pero fabricados por nosotros y en el momento requerido. ¡Es todo lo que necesitamos!

Pero, ¿y si quiero ese material específico? Porque es que ¡lo quiero! Perfecto también. En la furgo hay espacio. Elige bien lo que quieres meter y listo. Cuando pase esa etapa lo sueltas y entrará otro elemento. Nosotros llevamos bastantes cosas entre libros y herramientas para hacer manualidades. Llevamos varios instrumentos: lupas, prismáticos, metro… Y aprendemos ciencia, ya que la ciencia está en todos lados, con experimentos caseros o aprovechando cualquier cosa que tengamos que hacer.

Cuando han querido aprender o hacer algo concreto para lo que se necesita una instalación o un maestro, tiene fácil solución. Si quieres escalada, buscas un rocódromo; si quieres baile, una escuela de baile; si quieres música, pues hasta puedes estudiarlo online, ¡hoy en día ya hay de todo! Una vez amplias el aprendizaje más allá de las paredes del colegio, descubres que las opciones son tantas que no podrías hacerlas ni usarlas todas en una vida.

En resumen, cuando vives viajando, material educativo es todo. Lo que existe y puedes comprar (porque, allí donde vayas, habrá tiendas seguro), lo que fabricas con lo que tienes alrededor y lo que te va trayendo el camino. Los materiales son importantes y la vida está llena de ellos, solo tienes que buscarlos o inventarlos en el momento, lugar y contexto que te encuentres.

Carla Martínez realizaba un doctorado en Físicas cuando la maternidad llegó a su vida y desvió su interés hacia la divulgación de ciencia en la infancia. Su nueva pasión siguió transformándose hacia un modelo educativo basado en el auto aprendizaje, mientras iniciaba con su familia un viaje de cambio hacia una vida libre. Desde 2018 viven en movimiento tanto en furgo como con mochila, siendo su filosofía unschooler y worldschoooler temas sobre los que profundiza en Ligrones en Ruta y más especificamente en Planeta Worldschool.