Los gatos no se caracterizan por su espíritu viajero, son animales territoriales y, cuando han crecido encerrados en un piso, son más bien timoratos. Sin embargo, últimamente he oído demasiadas historias sobre gatos viajeros que me han llevado a preguntarme: ¿se puede viajar con gatos? ¿Es la vanlife apta para felinos? Y, de ser así, ¿qué hay que tener en cuenta a la hora de preparar un viaje con gatos?
Viendo como se ponen mis dos pequeñas cuando hay que llevarlas al veterinario o los nervios que han pasado cuando les ha tocado vivir una mudanza, la idea de sacarlas de paseo en furgo me parece más un castigo para ellas que algo que puedan llegar a disfrutar. Es más, a Brisa (la mayor), me la he llevado alguna vez en algún viaje cortito cuando era pequeña y no parecía disfrutarlo demasiado, así que pronto cejé en mi intento de convertirla en una gata viajera, abandoné la correa rosa súper mona que le había comprado al fondo de un cajón y la dejé ser la gata casera y pachorra que le gusta ser.
Iñigo Mendia, creador del podcast Viajando Simple y la web del mismo nombre y colaborador habitual de esta casa, también quiso convertir a su Pavarotti en un gato furgonetero… con escaso éxito. Miriam Martín, veterinaria y furgonetera a partes iguales, lo explica así:
“Los gatos son animales territoriales. Necesitan un espacio donde desempeñar su día a día y, por lo tanto, son animales que no suelen viajar grandes distancias a lo largo de su vida. Además, tienen predisposición a padecer estrés por lo que hay que procurar que los cambios sean pocos. Cuantos menos, mejor”.
Por ello, si decidimos llevarlos de viaje con nosotros, “estaría bien intentar mantener los mismos olores de la casa en el lugar en el que vayan a viajar o procurar que tengan un sitio para esconderse en la furgoneta”, aconseja Miriam.
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Adaptar los gatos a la furgo…
Además, si tu plan es hacer un viaje largo con ellos, es recomendable probar primero con algunos viajes cortos y ver si se acostumbran. Así lo hizo Iñigo quien, antes siquiera de arrancar la furgo con Pavarotti dentro, lo llevó a conocerla y a familiarizarse con el espacio durante varios días. “Cuando ya sentía que estaba más familiarizado con su nuevo hogar empecé a arrancar el motor para que se fuese habituando al sonido. Uno de los últimos días, le di una pequeña vuelta por una zona tranquila para que se fuese adaptando al traqueteo de ir sobre un vehículo en marcha”.
A este respecto, Eva y Carlos, que llevan cinco años viajando en kombi por Latinoamérica con sus tres gatos, explican en su página Xino Xano que a sus gatos les resultó mucho más fácil adaptarse a la furgo que a un coche normal: “Cuando vivíamos en casa y los llevábamos al veterinario con un coche normal y en un trasportín, se ponían nerviosos y la experiencia era más bien traumática. Sin embargo, ahora ven la kombi como su casa: es donde comen, duermen, juegan, etc. y la reconocen como su lugar seguro. Cada uno se ubica en su rincón favorito, entre sus cobijas o su camita, y se quedan tranquilos cuando estamos en movimiento”.
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… y la furgo a los gatos
Eva y Carlos también explican que ellos prepararon su furgo con los gatos en mente en todo momento, intentando construir un hogar agradable y seguro para ellos. Como veterinaria, Miriam recalca la importancia de que el gato tenga un lugar en el que pueda orinar con toda tranquilidad: “el sistema urinario en los gatos es el que más sufre las consecuencias del estrés. También hay que intentar que tenga un sitio donde pueda esconderse y vigilar que siempre tenga agua fresquita para mantenerse hidratado”.
Para el primer punto, los autores de Xino Xano construyeron un mueble específico en su casa rodante para insertar el arenero que sus gatos utilizan con aserrín en lugar de piedras (más económico, ecológico y ligero, apuntan). Aparte de eso “la kombi tiene ventanas con protecciones y mosquiteros para poder dejar las ventanas abiertas si hace calor. También pusimos un ventilador conectado a una segunda batería que se puede dejar prendido si nos vamos y las ventanas están polarizadas, lo que mantiene el interior de la kombi más fresco. En caso de frío, la kombi está aislada, dejamos todo más cerrado y más cobijas”.
Atento a las señales de estrés
Nino, Nuix y Cachito tardaron apenas un par de días en adaptarse a su nueva vida viajera, pese a haberse embarcado en ella ya de mayores. Sin embargo, no todos los gatos son iguales y es importante saber reconocer y aceptar cuando tu gato no esta disfrutando del viaje.
“Debemos aceptar que el animal no está cómodo viajando cuando vemos en él algún signo de estrés, ya sea durante el viaje (como podría ser aumento de la frecuencia de vocalización, taquipnea…) o una vez estemos de vuelta en casa, donde podríamos observar alteraciones en la micción o en la defecación (aparición de diarreas o estreñimiento).
El órgano diana del gato es el sistema urinario, a causa del estrés podrían empezar a orinar fuera del arenero, o incluso a sentir dolor durante la micción. Otro signo de estrés que podríamos notar es la pérdida de pelo, es posible que comiencen a aparecer calvas por su cuerpo”, explica Miriam Martín.
En el caso de Pavarotti, Iñigo explica que, cuando lo veía incómodo en las primeras escapadas, creyó que necesitaría un tiempo de adaptación para convertirse en un gato viajero. “Pero, después de viajar durante dos meses, y sentir que odia cuando voy a un supermercado, cuando tengo que echar gasolina o simplemente cuando conduzco, he tenido que admitir que, por mucho que me duela, no está hecho para viajar”.
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Y es que cada no todos los gatos son iguales. “Por ello, sería conveniente consultar con tu veterinario de confianza antes de comenzar un viaje para asegurar que tu gato es un buen candidato para comenzar a viajar contigo”, recomienda Miriam.
Extra tips para viajar con tu gato
Por último, si te decides a emprender viaje y tu gato lo disfruta, recuerda que son animales muy sensibles a los cambios, por lo que intentaremos que estos sean siempre graduales. Incluidos los cambios de temperatura y de dieta:
“Cuando haya que cambiar la dieta por algún motivo mejor que sea de manera paulatina (mezclando un par de días la comida “vieja” con la comida “nueva” que le vayamos a suministrar)”, apunta Miriam.
Es importante darle el tiempo necesario a tu gato para adaptarse a los cambios y planear tu itinerario y tus actividades teniéndolo siempre en cuenta. Por ejemplo, hacerte una excursión de día entero y dejar a tus gatos solos en la furgo, puede no ser la mejor idea si estáis comenzando vuestra vida viajera en común y todavía no se siente muy a gusto en su nueva casa.
Una vez se haya adaptado, ambos podréis disfrutar muchísimo la vanlife en compañía.
Ahora, cuéntame tú, ¿tienes alguna experiencia viajando con gatos? ¿Crees que tu gato sería un buen vanlifer?