¿Qué te parecería viajar en un camión todoterreno de 16 toneladas camperizado? Ana Huertas y Evaristo Torres lo hicieron durante ni más ni menos que 11 años.
Un camión no es un medio de transporte común para viajar, pero para Ana y Evaristo se convirtió en su hogar y casi en un modo de vida durante esos 11 años. Toda una aventura que esta pareja compartió en las Jornadas iati de los grandes viajes en Madrid el pasado mes de abril.
La historia de este viaje comenzó hace unos años, después de que Ana y Evaristo dieran la vuelta al mundo en un catamarán durante seis años y medio. Parece que esta aventura marina les supo a poco y quisieron continuar, esta vez por tierra.
Tardaron dos años en preparar su nuevo proyecto: vendieron el barco, compraron un camión todoterreno de 16 toneladas y ellos mismos acondicionaron el vehículo para vivir en él.
La preparación del camión fue un desafío en sí mismo. Tuvieron que aprender a soldar y algo de carpintería para adaptar el camión a las necesidades del viaje. Hicieron algunas modificaciones, como la instalación de una cocina y un baño o la inclusión de un sistema de generación de energía para tener electricidad durante su recorrido.
De esta manera, el camión se convirtió en una casa rodante completamente equipada, lo que les permitió viajar de manera autónoma y sin depender de hoteles o restaurantes.
Primera parte: dar la vuelta a África
En septiembre de 2011 salieron para recorrer África. Durante los dos años y medio que estuvieron en el continente lo recorrieron primero rumbo sur por la costa oeste y después hacia el norte por la costa oriental.
Desde Marruecos hasta Namibia y de allí hasta Egipto, disfrutaron de los paisajes y vivieron experiencias increíbles como cruzar el Sáhara, conocer tribus locales y descubrir lugares increíbles como las playas de Senegal, el monte Kilimanjaro o las cataratas Victoria, entre muchos otros lugares.
Visitaron muchos parques naturales, como el de Pendjari (Benin), Virunga (R. D. Congo), Etosha (Namibia), Chobe (Botsuana), Serengueti (Tanzania), Masai Mara (Kenia), Bwindi, hogar de los gorilas de montaña (Uganda)…
También se enfrentaron a unos cuantos desafíos y contratiempos. Una de las anécdotas que más les hacen reír les ocurrió en Mali. En una parada que hicieron en el camino, dejaron la comida en una mesa al aire libre mientras se ocupaban de otras cosas. En cuestión de segundos, un grupo de monos se acercó y les robó la comida que habían dejado. Afortunadamente lograron recuperar algo de su comida.
En Gabón vivieron una experiencia menos divertidas, cuando tuvo un fuerte dolor de muelas. En un país desconocido, tuvieron que preguntar hasta que un hombre les recomendó un dentista y pudieron solucionar el problema.
También tuvieron algunos problemas mecánicos, como una rotura de eje en la carretera en Marruecos, lo que les obligó a pasar varios días parados hasta conseguir reparar el camión.
Estas anécdotas forman parte de la historia del viaje y son las que les hacen recordar las vivencias de esos años con una sonrisa en el rostro.
Hasta China en camión
Una vez llegaron a Egipto, el viaje continuó rumbo a Asia. Desde Turquía cruzaron Irán y Asia Central recorriendo las míticas Ruta de la Seda, la Autopista del cielo del Pamir (entrando por Tayikistán y saliendo por Kirguistán) y la Karakorum Highway en Pakistán. Después vinieron India, Nepal, el sudeste asiático, China, Mongolia y, virando rumbo oeste, llegaron al lago Baikal en Rusia.
En Asia también se enfrentaron a varios desafíos. Una de las situaciones más inesperadas ocurrió en Pakistán, cuando el camión se quedó atascado en un río después de que se desbordara por las fuertes lluvias.
Tuvieron que trabajar durante varias horas para sacar el camión del río y volver a ponerlo en marcha. Fue una experiencia agotadora, pero lograron salvar el obstáculo.
Durante su paso por Asia Central tuvieron algún problema con la policía: En Kirguistán les pidieron un soborno que se negaron a pagar y finalmente lograron continuar su viaje.
En Uzbekistán también encontraron algunas carreteras muy complicadas, tuvieron que conducir a través de un desierto muy remoto y desolado, donde tuvieron que lidiar con temperaturas extremadamente altas y vientos fuertes.
No todo fueron problemas en Asia Central, al contrario, recibieron mucha hospitalidad. Por ejemplo en Kazajistán, una familia local los invitó a su casa para una cena tradicional y los trataron como si fueran de la familia.
Ya en India pudieron disfrutar de la belleza de lugares como el Taj Mahal. En el país, las autoridades locales les impidieron entrar en algunas áreas por razones de seguridad. A pesar de esto, lograron encontrar formas creativas de explorar otras zonas y continuar con su viaje.
En Tailandia volvieron a tener un encuentro con monos, cuando se olvidaron de cerrar una ventana y un mono entró para robar algunas frutas que había en la mesa.
Por supuesto, el viaje por Asia también estuvo lleno de experiencias positivas, como la amabilidad y la hospitalidad de la gente local, la belleza de los paisajes naturales y la rica cultura y gastronomía de los países que visitaron.
La aventura americana
El viaje seguía. En Rusia, cruzaron toda Siberia hasta Moscú y de allí continuaron a Cabo Norte en Noruega. Cruzando Europa regresaron a España después de otros cuatro años de periplo por Asia. Le hicieron una necesaria revisión mecánica al camión antes de embarcarlo en Amberes rumbo a Canadá. Así, en mayo de 2017 empezó su aventura americana.
En este continente fueron desde Terra Nova hasta Alaska, atravesaron Estados Unidos, México, y Centroamérica. A su paso por Colombia visitaron lugares como Cartagena o el Parque Nacional Natural Tayrona. En Bolivia no se perdieron el Salar de Uyuni ni en Perú el Machu Picchu o el Cañón del Colca. En Argentina visitaron ciudades como Bariloche y Mendoza y exploraron la belleza natural de la Patagonia. En Chile exploraron la costa del Pacífico y las montañas de los Andes.
Uno de los momentos más difíciles de esta parte del viaje fue cuando llegaron a Ecuador y el camión sufrió un grave problema mecánico que los dejó parados durante semanas. Fue un momento de incertidumbre y desesperación, pero finalmente pudieron reparar el vehículo y continuar su viaje.
Además de las anécdotas de problemas mecánicos y situaciones difíciles, hubo muchos momentos divertidos y que recuerdan con mucho cariño. En una ocasión, en Bolivia, un grupo de niños los rodeó para ver el camión y terminaron ayudándolos a arreglar una de las ruedas. Otra vez se quedaron varados en la nieve en las montañas de Chile y aprovecharon para hacer un muñeco de nieve y echarse unas risas.
La pandemia de 2020 los pilló en el norte de Chile y un año más tarde pudieron salir de allí con el camión y embarcarlo en Uruguay de vuelta a Europa.
Nada más llegar a Hamburgo, lo vendieron y al día siguiente, en Bremen, compraron de nuevo un catamarán que ahora están arreglando. En junio de 2023 tienen previsto comenzar un nuevo viaje por el Mediterráneo. ¡A esta pareja no hay quien la pare!
La experiencia de viajar en camión
Viajar en camión no era tan fácil como parecía. El tamaño del vehículo los limitaba para acceder a muchos lugares y los problemas mecánicos eran constantes. En varias ocasiones se quedaron varados en la ruta durante horas esperando a que un mecánico pudiera reparar algún fallo. También hubo momentos en que tuvieron que improvisar soluciones para problemas como una rueda pinchada o una fuga de agua en el baño.
A pesar de los contratiempos, Ana y Evaristo disfrutaron de su viaje, fue una aventura llena de vivencias. Para ellos la verdadera riqueza no está en las posesiones materiales, sino en las experiencias y las relaciones que se construyen en el camino.
En definitiva, la historia de Ana y Evaristo es una inspiración para quienes sueñan con la aventura. Como ellos mismos expresan en su blog: “La vida es corta y hay tanto por descubrir. Viaja, explora, disfruta y nunca dejes de buscar tu propia felicidad”.
Si quieres saber un poco más sobre Ana y Evaristo: calce-team.blogspot.com
Jornadas IATI de los grandes viajes en Barcelona: 6, 7 y 10 de junio de 2023
Y si te perdiste las jornadas de Madrid… En Barcelona los días 6, 7 y 10 de junio encontrarás grandes viajeros y viajeras, como Aitor Gallego que ¡viajó en furgo a Mongolia, durante un año! o Laia y Esteve que estuvieron ¡casi un año en 4×4 por el sur de África!
Si quieres más información sobre las Jornadas IATI de los grandes viajes: jornadasgrandesviajes.es