El vuelo de Apis para viajar y educar

el vuelo de Apis para viajar y educar

Vivir, viajar y educar a sus tres hijas a bordo de un 4×4

La historia de El vuelo de Apis puede parecer la hazaña alocada de una familia con aspiraciones bohemias, pero su vocación viajera, emocional y educativa esconde mucho más. En 2016 decidieron recorrer durante un año toda Sudamérica en un 4×4 camperizado con sus tres hijas, que lejos de suponer un freno, son el estímulo de sus aventuras por el mundo.

Ingrid es psicopedagoga y Andrés biólogo. Son de Sevilla y educadores de una escuela en Huerta Santa Ana, en Sevilla. Juntos, comparten su vida viajera junto a Nora, Cloe y Elsa, sus hijas pequeñas. Apasionados de sus trabajos como educadores, siempre alternaron sus
jornadas laborales con viajar en distintos formatos, a bordo de una furgo, campings y hasta intercambios de casa. Un buen día, sin ingresos, ni hoteles, decidieron iniciar su proyecto viajero, educativo, familiar y colaborativo, a bordo de su Nissan Pathfinder negra.

En aquella experiencia fueron acogidos en diferentes casas y escuelas de toda Sudamérica. Desde la diversidad flexible y sin verdades absolutas, transformaron su vida con experiencias educativas que han polinizado por todo el planeta, como una reflexión sobre cómo viajar y educar a sus hijas. De ahí nació ‘El Vuelo de Apis’, y con él, viajar en familia como el sistema educativo más potente del mundo. 

Viajar en familia y educar a sus hijas

VIAJAR Y EDUCAR: TRIP SCHOOLING

De todas las preguntas que surgieron en su viaje, una de las más formuladas era: “¿Cómo hacéis con la escuela de vuestras hijas?”. Ante eso, la respuesta era clara: Trip Schooling. O, lo que es lo mismo, educar a sus hijas viajando en pequeñas clases itinerantes y que ellas lo cuenten con vídeos que ellos mismos graban y cuelgan en sus redes sociales. Con el mundo como una aula gigante donde las niñas aprenden in situ de forma hermosa y divertida, Ingrid y Andrés mantienen su particular compromiso entre escuela, viaje y familia. Al fin y al cabo, su viaje es una fuente inagotable de aprendizaje y su vocación como profesores les hace moverse siempre alerta ante cualquier señal educativa.

“Desde la diversidad y sin verdades absolutas, reflexionamos sobre la manera de viajar y educar a nuestras hijas”

LA REGLA DEL “SÍ”

Por otra parte, uno de sus mayores aciertos en su recorrido sudamericano fue asumir al “otro” como punto de partida, lo cual derrumbó todos sus miedos y prejuicios. Como si de un mantra galáctico se tratara, su regla del “sí” ayudó a alcanzar su particular universo de confianza. Siempre que el espacio-tiempo lo permite, aceptan cualquier propuesta o invitación para convivir, comer, visitar, charlar o, en definitiva, compartir con quienes van cruzándose por su camino. Ellos mismos se auto imponen la sencilla norma de asentir por defecto, desatendiendo sin prudencia el clásico consejo de no irse con extraños. Tras un año poniéndolo en práctica y cientos de nuevas personas en sus vidas, más conscientes son de las buenas intenciones ajenas. Viajando, sus enormes beneficios les ha dado la razón.

LA AVENTURA SUDAMERICANA

El Vuelo de Apis viaja en un 4×4 propio, una Nissan Pathfinder negra en la que encuentran su transporte y su refugio familiar. Con tiempo, Andrés e Ingrid la prepararon a su gusto para poder dormir cómodamente dentro. Tras construir ellos mismos una cama doble desplegable en su interior, acoplaron en el techo una tienda James Baroud de tres plazas. Así, podían descansar todos en cualquier parte del mundo rodando con su 4×4, el sexto miembro de la familia al cual no cambiarían por nada. Con él, se pueden permitir estar siempre en contacto con la naturaleza y sus seres queridos, entre volcanes, islas, selvas, montañas, mares y desiertos que redefinen el privilegio de sentirse vivos en este planeta, por el cual profesan un inmenso respeto.

El vuelo de Apis en Perú

Como viajeros aventureros, tratan de convivir, conocer y compartir trocitos de vida involucrándose en las dinámicas locales de quienes conocen en su camino, mientras buscan, ante todo, la conexión humana. Por ello se suelen alojar en casas de familias o personas que se ofrecen a recibirles a través de redes sociales o amigos comunes. En otro momento, cuando esto no es posible o desean estar solos, practican el overlanding en su Pathfinder.

“Lo mejor de nuestro recorrido ha sido tomar al ‘otro’ como punto de partida, lo cual nos ha liberado de miedos y prejuicios”

Por el contrario, cuando vuelven a Sevilla, El Vuelo de Apis viaja a la inversa, y abren las puertas de su casa y de su corazón a personas de fuera. Estas suelen ser los que les acogieron a ellos en su viaje, u otros familiares de estos. Para ellos, este reencuentro es poder ofrecerles un espacio para conversar y así seguir viajando, tal cual lo harían si se hubieran desplazado a su país.

APIS EN BUENA COMPAÑÍA

El Vuelo de Apis sueña activamente, y los caminos que han emprendido les ha hecho lograr hitos maravillosos en su historial viajero. Recuerdan como el cantante Carlos Vives les invitó a su casa, al norte de Colombia, en la Sierra Nevada de Santa Marta. Allí tuvieron la oportunidad de convivir de forma educativa con 400 indígenas Koguis, Wiwas y Arhuacos. Por su parte, también la familia Drexler, en La Paloma, Uruguay, les invitó a su particular fiesta veraniega anual de fin de año, con amigos y artistas de toda Sudamérica. En el mismo país, la familia Apis también recuerda su encuentro con el ex presidente uruguayo José Mújica, el cual accedió a recibirles en su casita de campo, a las afueras de Montevideo, para entrevistarle.

El vuelo de Apis con la familia Zapp
Encontrarse en ruta con la familia Zapp es otro de los momentos que atesorarán siempre.

Estos son algunos de los momentos que El Vuelo de Apis asesora en su memoria viajera, con el recuerdo presente de las familias que, sin conocerlos de nada, decidieron tenderles una mano y ser parte de su sueño, huyendo de la hostilidad a lo desconocido con proximidad. Más allá de las culturas, religiones y creencias, ellos son quienes realmente les enseñaron a mirar profundo en el corazón, donde siempre permanecen.

Ahora, se embarcan también en una nueva aventura, más sedentaria pero igualmente emocionante: recoger en un libro todo lo vivido y aprendido a lo largo de este año de ruta por Sudamérica, viajando en familia siempre muy cerca de la naturaleza y de sus seres. Un libro de viajes, educación y emociones que esperan concluir este año.