Eslovenia en furgo

Escribe y fotos: Raquel Rebollo y Jose Juan Bañón

En este post te contamos un viaje por Eslovenia en furgo: una Volkswagen T3 de 1980. Un viaje de 17 días, 4200 kilómetros y más de 800 km. en ferry. La furgo subía los puertos a 30 kilómetros por hora, con las luces de emergencia. Volvimos sin un cilindro porque se fundió la culata del motor con una válvula. Fue un milagro que llegara al taller en España sin ser remolcada. Pero el viaje valió la pena.

De Alicante a Eslovenia en T3

La salida fue desde Elda (Alicante) y condujimos durante tres días hasta llegar a Eslovenia. Con nosotros llevábamos una moto Honda Dax pequeñita para poder ir a pueblecitos cercanos y así no mover a Canelita, nuestra furgo del 80.

  • Perpiñán. Nuestra primera parada fue en Francia cerca de Perpiñán. Dormimos en un área camper llamada Le Palmer. Sacamos una tarjeta  a través de un cajero sin horario y muy tranquilo
  • San Remo. La segunda parada fue en Italia, pasado San Remo. Atravesamos la costa italiana por autopistas con muchos túneles. Fue un poco agobiante y viendo que, para pernoctar, estaba todo lleno, tuvimos que ir a un camping de interior. Muy caro para lo que ofrecía.

Suscríbete a FurgosferaEslovenia en furgo

Llegamos a Kobaric, un pueblecito muy bonito al oeste de Eslovenia rodeado de un río espectacular de color turquesa llamado Soca, que nos maravilló. Así que un día fuimos a ver las Cascadas de Tolmin. También hicimos una ruta a pie de unos 6 km alrededor del pueblo muy bonito viendo refugios de las tropas italianas en la primera guerra mundial. Acabamos en un osario que se eleva por encima del pueblo.

Nuestro destino esos días era el Parque Nacional de Triglav para poder hacer una ruta de senderismo y ferrata  de Okno (agujero en Esloveno) preciosa que ya conocíamos. Antes de llegar al Parque Nacional visitamos Cascadas, el pueblecito de Bovec, áreas donde el río Soca es maravilloso. Dormimos en Trenta, un pueblecito a los pies del Parque, en un camping donde había un cartel de “tener cuidado con los zorros”.

Paso de Vrsic

Para hacer la ruta hay que llegar al paso de VRSIC, 5 kilómetros de desniveles de más del 15% y un desnivel de más de 1000 metros. Nuestra T3 se recalentó y tuvo su primera recaída. Gracias a que llevábamos un medidor del calor del aceite pudimos actuar a tiempo.

Una vez allí, se paga 3 € por el parking y se puede empezar a hacer una de las rutas más bonitas que he hemos hecho últimamente. Tú, la montaña, la naturaleza en vivo. Pasamos por un glaciar, cumbres con niebla,vimos cabras montesas, bajamos por caminos de piedras. Una maravilla. Pero cuando llegamos a la furgo esta dijo que no arrancaba.

Atrapados en Vrsic

Estuvimos 2 horas intentando arrancar la furgo, en medio de la carretera, con todo el equipaje en la calle y con el mecánico de España al teléfono. Le mandamos hasta vídeos, miramos el motor con lupa… hicimos de todo. Hasta que, al final, a la desesperada, empezamos a golpear un plástico que recubre algo del motor y milagrosamente, por fin arrancó… Nos creímos las personas más agraciadas del mundo porque arrancaba Canelita después de 2 horas. Ya nos veíamos volviendo a España en nuestro 5 día de viaje.

Concentración Let’s Bug Together

En esas fechas (agosto) había una concentración de Volkswagen llamada Let´s Bug Together. Era en un pueblecito llamado Lesce, cerca de Bled. Justo nos coincidían los días para estar allí y aprovechar para ver Bled, el Lago Boinj, algunas cascadas, descansar y disfrutar de la gente autóctona. En la concentración ya nos esperaban porque estuvimos en contacto con el organizador, que nos comentó que seríamos los primeros españoles en ir. Durante 4 días disfrutamos de desayunos copiosos a las 8 de la mañana y cenas tipo fabada con música en directo y canciones eslovenas.

Además, hicimos rutas en nuestros vehículos, parando en museos privados de motos, museos de la nieve.

Hasta una persona nos llevó al lago Boinj. Hizo de guía porque, simplemente, nos vio con ganas de conocer los alrededores. Nos hicieron hasta una entrevista en la tele. Una de las cosas que más les interesaban era cómo habíamos llegado hasta allí. De hecho, el último día nos dieron un pequeño reconocimiento por ser el vehículo que venía desde más lejos.

La capital de Eslovenia y los pueblos menos conocidos

La visita a Liubliana es muy bonita. Es una ciudad no muy grande para ser la capital de Eslovenia. Dormimos en un área para camper al lado de un supermercado y cerca del centro andando.

Ruta por pueblos menos turísticos de Eslovenia

Desde allí, fuimos a visitar pueblos menos turísticos del este de Eslovenia: Maribor y Ptuj merecen una visita. Son pueblos medievales que tienen su encanto, son tranquilos y fáciles de ver. De camino a estos pueblos pasamos a visitar una necrópolis romana, unas cuevas llamadas “Del Diablo”, con una cascada de 4 metros en su interior y molinos de agua que todavía funcionan para moler el trigo y vender harina.

El castillo de Otocec

En el Castillo de Otocec, Canelita nos dió a entender que necesitaba que le echásemos un vistazo. Andaba muy despacio, así que llamamos al organizador de la concentración para preguntarle por algún taller cercano, ya que casi nadie entiende de estas furgonetas tan antiguas y nos mandó a un amigo suyo. Al final el mecánico nos corroboró que tenía un cilindro que no funcionaba. Dijo que no podíamos volver con Canelita a España. El mecánico se portó genial e incluso se ofrecieron a darnos alojamiento y llevarnos al aeropuerto.

Nosotros queríamos seguir el viaje con nuestra T3. Así que volvimos al Castillo de Otocec y decidimos seguir y que cuando Canelita se rompiese del todo, regresaríamos a España. Empezamos a mirar la opción del Ferry Génova – Barcelona para ahorrarnos un puerto de montaña que seguramente no subiríamos con la T3. Disfrutamos del Castillo de  Otocec que está en una isla y creo que fue el sitio más bonito que Canela pudo elegir para pasar el día entre mecánicos.

Cuevas de Potsjonia y Castillo de Pedjama

Pusimos rumbo a las cuevas de Potsjonia y Castillo de Pedjama, que no estaban muy lejos. Otra maravilla de la naturaleza.

Son muy largas pero hay tramos que se hacen en un trenecito y así se disfruta de otra manera. Vimos también los animales llamados pez-hombre. Vale la pena una visita al castillo de Predjama con audioguías. También es imprescindible visitar las cuevas Skocjan, que son Patrimonio de la Humanidad. Lo más bonito de esta cueva es que discurre a la par que un río y tiene impresionantes estalactitas y estalagmitas. Se pasa por un puente de 50 metros y es un lugar donde se cobijan muchos murciélagos.

Camino de vuelta… en ferry

Por el estado de la furgo, modificamos nuestros planes y decidimos poner rumbo de vuelta e ir tranquilos hasta llegar a Génova. El tramo era más bien llano y paramos en el lago Di Garda en Italia, ceca de Verona. Pasamos la noche en un área muy tranquila y disfrutamos de algunos pueblecitos costeros y medievales. En Génova tomamos el ferry que va a Barcelona y Tanger. Ya en Barcelona, respiramos con alegría porque habíamos conseguido llegar. Para completar la ruta, pasamos unos días en Tarragona, que nos encantó y volvimos a casa. Ese mismo día llevamos a Canelita al taller y el mecánico no se creía que hubiera llegado hasta casa.

Galería de imágenes

Nuestra conclusión es que disfrutar de la furgo, de la naturaleza, de la gente autóctona, no tener prisa y enfrentarnos a los problemas de la mejor manera posible no nos lo quita nadie, a pesar de las dificultades. Eslovenia en furgo: 200% recomendable.